Emigración española América Latina
“El poder de la emigración está en el voto y en la representación parlamentaria”
LA SECRETARIA DEL CRE DE CHILE, PARTICIPÓ EN EL III PLENO DEL VI MANDATO DEL CGCEE EFECTUADO EN MADRID
Emigración española América Latina
Breve introducción
Recién publicamos las opiniones del Grupo Doble R sobre el tema que ahora traemos a colación mediante la entrevista que hizo Crónicas de la Emigración a la Consejera del Consejo de Residentes Españoles de Chile. En aquella ocasión dijimos al final de nuestro post: «Visto todo lo anterior, nos inclinamos por una propuesta que podría representar los intereses de la diáspora y su descendencia«. Y las palabras de Pilar Ayra vienen a ratificar nuestro parecer.
Recuperar el voto del exterior, es decir, facilitar los cauces para que los españoles que residen fuera tengan garantizada su participación en los comicios que se celebran en España, así como volver a votar en las municipales y lograr representación parlamentaria a través de una circunscripción electoral propia constituyen algunas de las principales reivindicaciones de los representantes de la diáspora española, en especial, de la secretaria del CRE de Chile, Pilar Ayra, quien no duda en afirmar: “El poder de la emigración está en el voto y en la representación parlamentaria”.
Sin embargo, estas cuestiones se están abordando de modo desigual, denunció Ayra, en conversación con ‘Crónicas de la Emigración’ al finalizar el último pleno del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, celebrado los pasados días 22 y 23 de septiembre en Madrid. La representante de Chile considera que, si bien sobre el voto exterior se escuchan reivindicaciones permanentemente, debido a la alarmante caída de la participación en los comicios celebrados en España tras la aplicación de la reforma de la Loreg, la reclamación de una circunscripción propia que permita a los emigrantes contar con un foro amplio para hacer escuchar su voz parece haber caído en el olvido.Sin embargo, contar con representación parlamentaria permitiría hacer “un trabajo más profundo” a favor del colectivo, porque los asuntos de la emigración “se tocan muy poco” en las Cortes españolas, denuncia.
Ayra, quien trabaja en la oficina comercial de la Embajada de España en Chile, formó parte del grupo de 80 consejeros del exterior que el pasado mes de septiembre se reunieron en sesión plenaria en la capital de España para abordar cuestiones como la creación de un nuevo reglamento de los CRE (Consejos de Residentes Españoles), los problemas de los pensionistas retornados con Hacienda, la disconformidad con el Ministerio de Educación por suprimir las clases presenciales en las Aulas de Lengua y Cultura Española (ALCE), la propuesta para elaborar una Ley de Nacionalidad, la defensa de las mujeres víctimas de violencia de género y también las complicaciones para ejercer el derecho al voto desde el exterior.
Durante dos días, los asistentes al pleno se encerraron en prolongadas sesiones de trabajo con el firme propósito de aportar soluciones a los problemas de los que residen fuera de España, que serán elevadas a los departamentos ministeriales correspondientes para que sean estos los que decidan sobre los acuerdos adoptados.
En lo que se refiere al voto, la Comisión de Derechos Civiles del Consejo insistió en la necesidad de suprimir el voto rogado en el exterior y el pleno aprobó una declaración que deberá ser remitida a todos los senadores y diputados del Parlamento español, en la que se les hace responsables “de las nefastas consecuencias” de la Loreg en lo que se refiere a la participación electoral de los españoles en el exterior. Así mismo, se les acusa de ignorar por completo las advertencias del Pleno del Consejo, que ya auguraban una considerable bajada en la participación.
Al respecto, Ayra aseguró que le parece “preocupante” lo que está ocurriendo con el voto exterior y se mostró confiada en que los problemas “se arreglen antes de las elecciones generales”. Igualmente, es partidaria de que los emigrantes puedan votar en las municipales, teniendo en cuenta que muchos españoles residentes en el extranjero y con casa en su localidad natal pagan impuestos en los ayuntamientos.
Pilar Ayra llegó a Chile hace 16 años después de acuñar una amplia experiencia como residente en el extranjero. Vivió en Italia, donde trabajó como becaria, y en Alemania, donde fue directora de exportación de una empresa privada. El destino también la llevó a Cuba –“Me enamoré de La Habana”, confiesa–, y allí residió durante año y medio como trabajadora en el sector de la hostelería. Rusia también constituyó otro de sus lugares de destino, y en ese santuario del frío vivió 12 años gracias a un intercambio con un instituto en Moscú.Habla ocho idiomas, pero es el español el que le sirve para comunicarse en Chile, donde, según asegura, residen de modo oficial 70.000 españoles, a los que hay que añadir alrededor de 10.000 residentes oficiosos.
La secretaria del CRE en ese país latinoamericano reconoce algunos de los problemas de los españoles en Chile, a raíz de la crisis económica desatada en Europa, que afecta de un modo claro a la economía española y, por ende, a las instituciones en el exterior que dependen de sus subvenciones. En este sentido, señala al colectivo de mayores entre los principales afectados por la crisis. Por una parte, debido al cierre del centro de día en Santiago de Chile, lo que ha privado a los mayores de un espacio de encuentro en el que relacionarse y desarrollar actividades, y, por otra, la congelación de las pensiones, lo que repercute en su poder adquisitivo. A ello hay que añadir el recorte en los presupuestos de los centros de la colectividad, lo que también influye a la hora de realizar actividades pensadas para los socios.
Ayra también detecta problemas en la nueva emigración: la de los jóvenes que se trasladan a Chile en busca de un empleo. Y es que “la gente tiene desconocimiento de cómo llegar al exterior”; de los “derechos” que les asisten y de los “deberes” que tienen que cumplir, denuncia.
De todos modos, aclara, “ahora llegan menos jóvenes” que hace 3 o 4 años, cuando “se produjo un boom” de empresas y recién licenciados dispuestos a hallar en América el porvenir profesional que se les negaba en España.Al país andino “le faltan profesionales y mano de obra cualificada”, reconoce Ayra, pero los problemas se presentan a la hora de conseguir el visado y también para la homologación de títulos.
No obstante, las posibilidades parecen mantenerse en pie para los ingenieros, sobre todo en sectores como la energía y la minería. No en vano, el país es el número uno en la producción de cobre, de ahí que muchos arquitectos e ingenieros de Caminos que llegan a Chile “acaben trabajando en la minería”, apunta.
Algunas empresas españolas también han jugado la baza de implantarse en el país andino y lo han conseguido gracias a ganar licitaciones y subcontratas de obras. Al principio les cuesta “adaptarse a la marcha del trabajo”, ya que en Chile “hay otros códigos” y “una empresa española que llega [a este país] a lo mejor tarda año y medio en despuntar”, pero al final lo consigue, porque el trabajo del español “está reconocido” en esta zona del planeta, confiesa Ayra.
Muchas empresas españolas también han optado por llevar trabajadores de España a Chile “porque les sale mejor” y porque “el Gobierno chileno no pone trabas”, asegura Ayra, quien también apunta que desde el pasado 14 de agosto, enseñar el contrato de trabajo facilita la entrada en el país.
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