Ver Parte I
Ver Parte II
Ver Parte III
Testimonios
Caso de éxito, IV parte y Final
Cedemos nuevamente nuestro espacio a este testimonio de NEM para que concluya su narración
Creemos que hay muchas lecciones que podrían obtenerse de estas revelaciones
Al final de esta IV parte y Final podemos obtener la moraleja de esta historia
Esta bitácora y esta saga son un testamento vivo del calvario por el que han pasado y aún pasan los nietos de españoles en Cuba…
Ahora veamos el final…
Ley Nietos
UNOS ÚLTIMOS DISPAROS
Hacia finales del 2015, el Grupo RR presentó un “Rogatorio”
Una especie de consulta o reclamación oficial que requería respuesta ante el Consulado de España en La Habana
El objetivo: aligerar el caso.
La respuesta fue neutra: la burocracia insistía en su inmovilidad total
En la primavera de 2016, tuve el placer de pasar otra vez por Barcelona
Me reuní con mis correligionarios del Grupo RR, Pedro Luis y Manel Terradas, buscando rescatar mi solicitud.
El Letrado Terradas ofreció una estrategia simple
Se utilizaría un procedimiento civil que obligaba a la Administración a dar respuesta a determinados procedimientos administrativos en un plazo definido.
Como el Consulado de España en La Habana ya conocía el expediente no había necesidad de hacer una fundamentación extensa.
Y tanto: habían pasado casi siete años y un sinfín de comunicaciones, rogatorio y consultas
Sencillamente se instaba al Consulado Español en La Habana que se me inscribiese mi partida de nacimiento como ciudadano español
Y se le daba un plazo improrrogable de diez días hábiles.
En el documento se añadiría que, en el caso de que en dicho plazo no se recibiera notificación expresa de dicha inscripción, se consideraría que la solicitud había sido denegada y a partir de ese momento se interpondría demanda civil.
Así de claro y sencillo: la movida me parecía una movida de jaque-mate brillante y genial. Todo esto se ejecutaría hacia finales de junio del 2016.
Cuando me despedí de Pedro y Manuel, este último me dijo, a modo de despedida, que probablemente contactarían conmigo del Consulado en unos días.
Pensé que el optimismo de Manuel era agradecido pero excesivo: ya había tenido tantos escollos que no tenía ni heridas ni cicatrices.
Caso de Éxito y final feliz…
LA GRAN SORPRESA DE UNA DESEADA Y DEBIDA ESPAÑOLIZACIÓN
En julio de 2016, casi siete años desde que abrí mi expediente para solicitar la nacionalidad española por la LMH, y casi una década después de que se había aprobado esta ley, recibí una carta del Consulado Español comunicándome que mi expediente se había resuelto favorablemente, adjunto a la inscripción de la partida de nacimiento como español.
¡Al fin era español! O, mejor dicho, era español de nuevo, ya que siempre pensé que lo era (y hasta los resultados de mi análisis de ADN —los cuales se realizaron y concluyeron en menos de solo 3 meses— así lo indicaban).
El Letrado Terradas tenía razón: su magistral acción obtuvo una resolución prácticamente inmediata en comparación con el interminable y glacial proceso burocrático.
Reflexionando más objetivamente sobre el largo proceso, hay que decir que los varapalos recibidos eran continuos y provenían de cualquier sitio: la lentitud característica de burocracias, cambios de gobierno, insuficiente personal para procesar muchas solicitudes, recortes de presupuestos, funcionarios sobrecargados o desinteresados, peticiones innecesarias, hasta posibles tensiones entre los tres países involucrados…
O sea, no puedo —ni debo— culpar a ningún individuo u organismo u oficina en particular: los esquinazos venían de todas partes equitativamente, por así decirlo.
Pero sí puedo hacer destacar a un organismo que lo hizo posible: los profesionales del Grupo RR.
No solo hicieron todas las gestiones en ese “triángulo delicado” —yo en EEUU y ellos, desde España, manejando funcionarios, procesos y organismos de dos países, Cuba y España— sino que sentí acompañado a lo largo de siete años de lentitud y desconsuelo: el “sueño eterno” como le llama el Sr. Pedro
Testimonio del cubano-americano-español
AGRADECIMIENTOS Y CONSEJOS
Nuevamente felicito —y agradezco— al equipo del Grupo Doble R por su ayuda a lo largo de toda mi odisea
Y sobre todo, por lograr un desenlace favorable.
Al lector (si es que éste ha leído hasta aquí), le diría varias cosas.
-
Diría que no pierda esperanza y tenga paciencia. Las cosas de palacio en el mejor de los casos van despacio
-
Segundo, le aconsejaría al lector en un sentido práctico
-
Digitalice todos los documentos recibidos y remitidos (escanee e imprima copias de todos los documentos)
-
Archívelos en otro sitio por si acaso se extravían o se pierden
-
Que apunte las fechas y contenidos de todas las comunicaciones para establecer una cronología exacta
-
Sinceramente sin estos archivos manuales y electrónicos, no creo que hubiera podido triunfar
Y, finalmente, y tal como comenté al principio, sugiero a todo lector que esté pasando por un calvario judicial, legal o personal —incluso si es de índole transnacional— ,
que no se crea capaz de hacerlo por su cuenta y consulte con profesionales: un buen paso inicial es consultar con este Grupo RR.
Aceptaremos su solicitud de servicio de asesoramiento-acompañamiento para resolver su Expediente si aún está en los vericuetos y laberintos burocráticos de las oficinas consulares hispanas
Edición Viernes