Desatención a la aplicación de la Ley de Nietos
En nuestro post anterior sobre este desencuentro habíamos dicho «…volveremos con los desencuentros específicos con la Ley de Memoria Histórica (DA 7ma.), con los profesionales retornados que no encuentran acogida, con la falta de atención y transparencia de aquellos descendientes en América que aún no han obtenido la nacionalidad o que se la han denegado por causas muy discutibles, etc»
Ya nos da un poco de pereza hablar del olvido del gobierno respecto a los emigrantes españoles y sus familias. Como dijimos antes es proverbial la falta de vigencia de la Emigración y su descendencia en el discurso oficial. Sólo recordar que en las intervenciones del presidente y de sus ministros se observa muy pocas veces la referencia a los problemas de la diáspora.
Hace poco leí una reflexión que podría resumir el asunto. Decía «Pero me da la impresión de que la desaparición de otros asuntos en su discurso se debe más a la desidia, a la mediocridad y el repliegue paleto que a un cálculo político. Porque también forma parte del estado de una nación todo lo que tiene que ver con su lugar en el mundo.»
Aparte de estos aspectos generales está el problema de la aplicación de la Ley de Nietos. Y acá hay mucho de qué hablar. Falta de apoyo a los registros civiles consulares. Opacidad en la marcha del proceso. Uso desmedido de la discrecionalidad en la aplicación de las normas generales trazadas por la DGRN. Desidia con relación a la situación del consulado de La Habana.
Si continuamos por el camino actual la gente de Cuba no nos tomará en serio porque además de prestarle un servicio pésimo en la gestión de los expedientes, en las vías de comunicación y atención a las consultas, y un largo etc. Rematan el desencuentro cuando los representantes consulares asisten a reuniones con la comunidad española sin soluciones a viejos problemas que nuestra sede debería resolver.
Tampoco escapa el hecho de los errores que se cometen con los aspirantes a recuperar la nacionalidad de sus abuelos españoles emigrados a la Isla. Se solicitan documentos casi imposibles de obtener. Se deniega la nacionalidad luego de haber sido otorgada a algunos nietos. Se piden pruebas de registro en los archivos cubanos de los emigrantes españoles pero si la respuesta es que no se registraron (algo frecuente en aquellos tiempos) no se aceptan las negativas. Y otro largo rosario de calamidades y despropósitos.
La congelación de los Expedientes
Además de estas penurias de las cuales hemos hablado acá hasta el cansancio, suena ridículo que sepamos por fuentes extraoficiales que en el RC consular trabajen 3 funcionarios para atender 80 mil expedientes.
Inaudito, simplemente de ciencia ficción…
La Sra. Soledad Becerril nos confirmó algo que imaginábamos saber «Desde que se completa la documentación hasta que la misma se revisa, transcurren veinte meses de media».
Y que el Sr. Vicecónsul general nos confesara en una respuesta dirigida a este Despacho que desde que se recibe un documento requerido a un aspirante con expediente abierto hasta que se incluye en el mismo pasan como poco 30 meses, es decir, 2 años y medio.
El Sr. Kirkpactrick en su carta de respuesta, puso el listón más alto aún. Veamos sus palabras: «…Debido al gran volumen de expedientes en trámite, el tiempo medio para la revisión de aportes es de 30 meses, desde la presentación del último documento»
Ahora les preocupan las elecciones
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