Sinagoga de Córdoba, España.

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Por Aída Palau

El 31 de marzo de 1492 se firmaba el edicto de expulsión de los judíos de Castilla y Aragón. Más de 500 años después, los descendientes de esos sefarditas, judíos originarios de España, podrán adquirir la nacionalidad española de forma automática, vivan donde vivan y siempre que puedan acreditar su condición: por apellidos, idioma, descendencia o vinculación con la cultura y costumbres españolas, a través de un certificado de la Federación de Comunidades Judías. Con esta iniciativa, Madrid espera recobrar una parte de la memoria silenciada. La mayoría de los sefarditas – algunos incluso hablan aún el judeoespañol – viven en Israel, en Francia y en América Latina.

Entrevista en Radio Francia Internacional. No disponible ya.
 Desde Jerusalén hablan sobre esta medida con el rabino Salomón Wahnón, Presidente y fundador de la Casa de Melilla en Jerusalén.